Ya es algo que se repite cada año. Cuando el sol toma el
curso del verano y dibuja el trayecto de la estación se convoca de
manera necesaria el espíritu de la ciudad que es el espíritu de todos sus
habitantes. Cada quien es la ciudad y la ciudad es cada quien. Por eso las
ciudades no mueren mientras alguien viva en ellas. En santo domingo vive mucha
gente, es una ciudad llena de vida y esa vida celebran los Espacios Vivenciales
del Arte. Los EVA, como le llamamos aquí en casa ya son una tradición de
nuestra escuela y esperamos que algún día de nuestra ciudad. Desde enero se
empieza a reflexionar acerca de ellos, a buscar el lugar, a pensar el tema y
agrupar los colaboradores que siempre aparecen. Los y las estudiantes reúnen
sus mejores esfuerzos para que esta experiencia, aunque efímera y fugaz, deje
huella.
Los EVA pretenden ser, en cada entrega, una actividad que
involucre a la sociedad y el medio ambiente. Quieren lograr que surja una
conciencia que reclame la pertenencia de la ciudad para todas y todos. Que
practique la apropiación del espacio urbano no desde la grandilocuencia de las
intervenciones avasallantes del estado y el sector privado, sino desde los
modestos gestos que demanda la mano del arte para sí. Y allí donde la mano
hace, la mente aprende y esa estudiante que confecciona un pequeño kiosco para
ventas de cuadros o un pequeño escenario para un grupo de baile será después
del evento otra persona: consciente, enriquecida y con un nuevo sentido de ciudadanía
basado en la participación responsable en el espacio público.
Para la versión actual se realizó una exposición en Galería
360 donde se exhibieron 36 proyectos de autoría de los estudiantes en modelos a
escala con la finalidad de enfocar las propuestas de las principales
actividades de intercambio que ocurren en la zona colonial, escenario final
donde se montarían las propuestas definitivas. Luego de la exposición de los
trabajos, se procedió a seleccionar los seis modelos que fueron construidos a
escala real y expuestos en el Parque Colón.
Los EVA, un poco de
historia
Se trata un proyecto nacido en las aulas de la escuela de
Arquitectura de la PUCMM del Campus Santo Tomás de Aquino. Surge como un
ejercicio de la materia Imagen y Arte, inspirado en el Zukka Project, realizado
en la ciudad de Nueva York, en el 2012 y con la inquietud de llevar el arte a
la ciudad y poder revalorizar los espacios urbanos con proyectos para el arte y
la convivencia. A partir del año 2013, tomó un nuevo matiz a partir de promover
el diseño como motor de innovación, sistematización y sostenibilidad en la
enseñanza de la arquitectura.
Los EVA se han
convertido en una plataforma que pretende mejorar la calidad de los espacios
públicos por medio del arte y la integración de este con la ciudadanía. También
pondera crear una conciencia en las nuevas generaciones en la utilidad de los materiales
y su reciclaje. En esta ocasión cuentan de nuevo con el apoyo entusiasta de los
facilitadores Tania Fermín, Erika Arias y Luis Alejandro Pérez.
En este 2017 los EVA se instalan en el corazón de la ciudad
colonial. Las pequeñas unidades de cuidada elaboración a la sombra de la
Catedral. La piedra duradera convive con los modestos materiales reciclados que
sirven para traducir la inquietud de un muchacho o una muchacha que mañana
tendrá esa ciudad y su gente como su responsabilidad primera a través del
ejercicio de la arquitectura. Esa responsabilidad es la que cultivamos cada día
en las aulas y de la que los EVA de cada año son sólo un avance.