Como cada año cierto ánimo se instala en el aire, las
libretas se llenan de bocetos y se desata la creatividad. Los Espacios
Vivenciales del Arte (EVA) toman la ciudad como por asalto y materializan lo
que ya es una tradición de la escuela de Arquitectura de la PUCMM CSTA.
En esta ocasión se instalan en la Plaza España, en el
corazón de la “Zona”. La vieja ciudad dialoga con las instalaciones de los estudiantes
de arquitectura. Los EVA hacen patente su razón de ser, exploran el impacto de
una experiencia vivencial del arte en el hecho urbano, una experiencia que
pasa, quizás un breve arañazo en la superficie de la ciudad. Lo efímero tal vez
no haga historia, pero como esos amores de una noche pueden dejar cierto sabor
en la memoria, desamarrar el pensamiento y preparar el alma para un próximo
encuentro, quizás definitivo y permanente.
Por ahora quedan los documentos gráficos que nos hablan del momento en que los Espacios Vivenciales del Arte, en su versión 2016 se apoyaron de manera sutil sobre el empedrado de la ciudad colonial para luego irse, no para siempre, sino hasta el año que viene si el tiempo es propicio.
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